
Dirigentes de la naciente Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores convocaron a una marcha paralela a la organizada por la CUT para el próximo 1º de mayo. El recorrido en la capital cubrirá la Alameda desde la Plaza Los Héroes hasta Matucana, donde se realizará un acto central; mientras que en la Región del Bío Bío se iniciará en Puente Perales para culminar en la Plaza Santa Cecilia.
La iniciativa responde a que buscan desmarcarse de la falta de legitimidad y representatividad de las otras multigremiales, evidenciada en el apoyo al gobierno de la Nueva Mayoría y a repetidas denuncias de fraude en las elecciones de sus directivas. Motivo por el cual proyectan efectuar
elecciones universales en julio de este año, descartando un sistema de votación indirecta al que se acogen las otras orgánicas.
“No reconocemos al sindicalismo ‘oficialista’, reflejado en cuatro centrales que negocian migajas con los gobiernos. Convocamos a los trabajadores a salir a la calle a luchar por sus derechos, que no los van a conseguir con las prebendas del Estado”, manifestó Manuel Ahumada, presidente provisorio de la nueva multisindical, fundada en septiembre de 2018.

También criticaron la reforma laboral promulgada por el gobierno de Michelle Bachelet, por desfavorecer la constitución de sindicatos, y el proyecto de derecho a sala cuna de la administración Piñera, dado que niega el carácter universal de dicho beneficio.
En contraparte, entre las demandas que priorizan para marchar el 1º de mayo, se encuentran: reducir la jornada laboral a 40 horas en cinco días a la semana; gratificación garantizada de 8 o 10 ingresos mínimos anuales; indemnización sin tope de años, y finalizar con las AFP mediante el
pago previsional por el empleado en el contrato colectivo.
Los y las dirigentes instaron a unir las luchas del mundo laboral con el movimiento feminista. “El llamado es a levantar nuestras demandas como mujeres trabajadoras y visibilizarlas”, señaló Isolina Acosta, secretaria de la Central Clasista. “Tenemos un pliego de demandas de las mujeres
que hemos construido con las dirigentas y trabajadoras desde la base, que son tan básicas como el derecho a tener un baño”, como el caso de quienes se desempeñan haciendo aseo en la vía pública o las obreras temporeras agrícolas, agregó.
“Levantamos las banderas del feminismo clasista”, complementó Catalina Rojas, tesorera de la organización, porque “las mujeres tenemos una condición de doble explotación, pero entendemos que, para acabar con ella, también tenemos que acabar con la explotación de clase”.